jueves, 12 de agosto de 2010

La traducción...

Ya no estoy tan segura de que sea recomendable seguir los pasos "lógicos" para traducir del latín a nuestra lengua, a este "latín venido a menos, el castellano", como dice Borges.

La verdad es que cuando una se pone a traducir, va trabajando en todos los niveles de la lengua simultáneamente. Al menos lo que yo hago en una primera lectura es ir guiándome por el sentido de las palabras que conozco, ir reconociendo la morfología, ir armándome una idea en la cabeza de lo que aproximadamente puede querer decir el texto... ¿Pero cómo decirles a nuestros alumnos que hagan esto? Obviamente esto no es didáctico, es "antipedagógico", en el sentido más profundo y verdadero (y etimológico) del término. Puesto que la tarea de enseñar trata de guiar, llevar, acompañar en el camino (pedagogo, recordemos, es palabra de origen griego que designa a quien conducía al niño a la escuela, quien lo llevaba de la mano) ¿qué camino le propondría al estudiante si le recomendara trabajar en todos los niveles de la lengua al mismo tiempo?

No sé, la verdad, la respuesta a esta pregunta... Y como mi blog no tiene seguidores quizás no obtenga respuesta nunca...

De todos modos, si alguien me lee: saludos cordiales,
Patricia

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